lunes, 23 de julio de 2012

La Habitación del Pánico

La habitación del pánico es, normalmente, un sitio oculto dentro de tu propia casa donde en caso de robo o amenaza física uno puede resguardarse. Es una cámara de seguridad que tiene la intención de ser inexpugnable. Problema: nunca sabes si lo va a ser sólo de dentro a fuera o también al contrario, dando lugar a una madriguera de la que no puedes salir. ¿Agobia eh?

Bien pues algo así es mi cerebro en determinadas épocas... Cuando todo va bien, todo está tranquilo, apenas hay que hacer y reina la calma...despierta la bestia. Esta "bestia" no es otra cosa que una parte dormida de mi cerebro que me recuerda todo, sin excepción, lo que ha pasado o puede pasar. Sobre todo, lo malo (le encanta). A partir de aquí, mi mente se convierte en una máquina de machaques y autorreproches de caracter profesional e imparable.

No sólo toca temas filosóficos como ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy? o (mi favorita) ¿por qué el día no tiene más horas? También acecha el "eres un desastre", "ponte a estudiar", "mira que lo sabías, te tenías que haber puesto antes", "deja eso ya, o la vas a acabar liando", "ves, te lo dije, si es que lo sabías... no me haces caso nunca"... y también me imagino mundos alternativos dónde yo viviera haciendo otra cosa que no es lo que estoy haciendo, que por supuesto no es lo que tendría que estar haciendo... En fin, bla bla bla y me dan dolores de cabeza.

Pues soy así y ya es hora de que me acepte y, sobre todo, que aprenda a afrontar mis responsabilidades. Ya iba siendo hora con 22 años, ¿no? Já! Pues tampoco. No lo consigo. No me centro. Me pierdo en esta mente maldita tan imaginativa que tengo y que consigue hacerme volar sin droga alguna. Nivel de concentración cero. Y aunque sé que está muy mal y que puedo cambiarlo, mi mente está contenta con tan poco que autoengañarme se convierte en un juego de niños. Total, hay muchas horas en el día. ¿Ves qé fácil?

Ahora mismo mi mente está dividida en dos hemisferios, como mi cerebro. Pero hay que cambiar los hemisferios encefálicos por los terrestres, porque yo tengo norte y sur. El norte me ofrece mares azules y perlas níveas, tan suaves y dulces como una mañana de invierno vista desde detrás de la ventana, con una copa de vino y al lado de una chimenea. Mientras que el sur, me da el arte (de hacer con dos mitades una parte...shhhh calla que te lias....) de combinar la tierra de la aceituna con la cerveza castaña y el color de las almendras. No puedo elejir. Unas veces  uso una parte y otras la otra. Una parte me ofrece el mundo y la otra la realidad y yo no sé hacer... ¿Sueño, me dejo llevar, de dejo caer o me doy cabezazos contra la pantalla del portátil?

El cerebro, como África, cuna de la civilización y la evolución es, como en la realidad, la mayor fuente de males y pesares que abruma a la humanidad.


Saludos desde mi Isla, bajo la única palmera existente.
Capitana del Naufragio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario